Ai que saudade será mañana cuando deje esta tierra y le salgan alas, palmas de manos frías húmedas y tacto, le envolveré en papel. La luz lo tostaba, volvía cano su cabello. Su voz recorría el espacio, chocaba en las paredes rozaba mis oídos como suave caricia. Tal vez no vuelva, tal vez esta es la primera de tres veces o ninguna; pero tiene sabor, sonido, color y natureza.
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